Nicole Jerez es referí en torneos de barrio de fútbol 11. En esta nota con Ídem, cuenta cómo las mujeres empiezan a imponer autoridad dentro de las canchas, sus primeras experiencias en las competiciones en Laferrere y los desafíos de lidiar contra los estereotipos.
Por Chiara Tejerina
“Ser árbitra de fútbol marcó un antes y un después en mi vida”
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Falta muy poquito para el inicio de un partido correspondiente a la décima fecha de la Liga Laferrere. Pero no es un encuentro más: se juega un superclásico, similar a un River vs Boca. Se enfrentan Once Corazones vs Lucero, dos clubes que tienen una distancia de tan solo 900 metros. El enfrentamiento será dirigido por Nicole Jerez como árbitra principal y acompañada por Agustín Celiz y Luciano López como primer y segundo asistente.
Un sol radiante acompaña en la jornada de la Liga de Laferrere, una liga dedicada al potrero. La hinchada comienza a llegar y se ubica en cada hueco de sombra que encuentran en la cancha para poder ver tranquilamente cómo los protagonistas del encuentro inician el precalentamiento previo al partido. Pero la protagonista de esta historia no son ni los jugadores ni hinchas que alientan, sino la que, en un rato, será la principal encargada de impartir justicia.
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En el transcurso de los años, el fútbol fue revolucionando y modernizándose día tras día y la aparición de mujeres empezó a romper la desigualdad dentro de los deportes. Sin embargo, para las mujeres parecía difícil cumplir sus sueños, sea como jugadoras o como referís. Nicole Brisa Jerez, de 24 años, es una de las que busca cumplir su sueño, en su caso, como árbitra. Vive en Gregorio de Laferrere, en el partido bonaerense de La Matanza, y en 2019 estudió en el Centro de Formación Arbitral (CFA) ubicado en el Master fútbol 11-Ruta 3.
Viene, cuenta, de una familia dedicada al arbitraje. “Me encanta dirigir, todo empezó por mi papá Gustavo, él es árbitro. Y mi hermana melliza, Celeste, también había empezado, aunque ahora se enfoca más en sus estudios”, cuenta. La experiencia familiar ayuda en un camino lleno de retos y objetivos, sin importar la opinión de los demás: “Mi familia me apoya, y siempre que pueden están conmigo en cada partido”.

Aunque ya esté acostumbrada a los partidos del potrero, ella aún recuerda su primer encuentro como si fuera ayer. “Fue en la reserva natural de Laferrere, en la cancha 13 de octubre. Dirigí un clásico de barrio: 13 de octubre vs La Vecinal. Recuerdo que estaba muy nerviosa por el público y por el ambiente del partido”, rememora.
Las miradas de desconfianza de algunos jugadores y de los espectadores se hicieron evidentes. “¿Qué puede saber una mujer de fútbol?” “¿Qué está cobrando? No sabe nada…”. Pero Jerez, con firmeza, siempre mantuvo su autoridad. Aprendió a no dejarse atemorizar por el público y a imponer respeto no solo con decisiones acertadas, sino también con su pasión por el juego. No es fácil arbitrar en un potrero, en el que la hinchada, como en cualquier cancha, está llena de algo así como “expertos en arbitraje”, marcando o inventando estrictamente cuestiones propias del referato.
“Siempre está el jugador o integrante del cuerpo técnico que te insulta o te habla durante todo el partido. A esas personas les saco una tarjeta y se calman, así me hago respetar, porque a veces te cansan”, subraya. Para Nicole y para varias compañeras, hay un balance entre el disfrute y las dificultades por las que pasan para llegar a dedicarse a lo que les gusta.
A su vez, muchos compañeros se convirtieron en amigos, creando anécdotas o momentos de diversión a pesar de los comentarios negativos de las hinchadas. “Nunca faltan las risas en los descansos o en las previas. La escuela de arbitraje te deja enseñanzas y amigos para toda la vida”, valora.
Hoy en día, Nicole se dedica a dirigir partidos de potrero y de futsal, y, además, forma parte de los profesores del Centro de Formación Arbitral, en el que ella se formó profesionalmente. Dictan clases los días lunes presencialmente, fomentado la actividad física mediante aparatos o cardio en gimnasia; los miércoles mediante la aplicación Zoom enseñan la parte teórica, reglas y formas de arbitrar, y los días sábados que practican sus conocimientos en la cancha Jorge Newbery, ubicada en Ruta 21.

“Para entrar al mundo del arbitraje necesitas actitud y mucho temperamento. Que nadie venga a decirte que no podes, por ser mujer, o que la cancha es solo para hombres – sumó la árbitra-. Estos pensamientos deben terminar y, para eso, nosotras debemos hacer lo que deseamos ser, trabajando en conjunto, podemos acabar con el espacio masculinizado”.
Un director que busca la igualdad
Fernando Ceja, director de CFA, promueve la igualdad de género dentro del potrero, confiando plenamente en sus alumnas y otorgando la posibilidad de confiar en ellas mismas: “En nuestra escuela las mujeres son iguales que los hombres, siempre habrá lugar para aquellas que quieran marcar un cambio”, ratificó. Tanto Nicole como Celeste Jerez fueron estudiantes suyas y destacaron su admiración hacía él: “Fernando nos da nuestro lugar, nos hace sentir cómodas y siempre recomendamos la escuela”.
Las mujeres rompen barreras
El torneo de selecciones más antiguo del mundo, la Copa América masculina, realizada del 20 de junio al 14 de julio 2024, tuvo en su edición celebrada en Estados Unidos a árbitras por primera vez. Ocho mujeres rompieron las barreras del campeonato organizado por la CONMEBOL: Edina Alves de Brasil, y la estadounidense Mary Penso fueron principales, mientras que Migdalia Rodríguez de Venezuela, la brasileña Neuza Back, la colombiana Mary Blanco y las estadounidenses Brooke Mayo y Kathryn Nesbitt fueron elegidas para estar en el evento como asistentes. La nicaragüense Tatiana Guzmán, por su parte, trabajó con el VAR.
Además, las mujeres profesionales vienen de romper las barreras en la Copa del Mundo de Qatar 2022, con árbitras y asistentes mujeres, entre ellas dos de las que estuvieron en la Copa América: Neuza Back y Kathryn Nesbitt. Y ya Alves fue, en 2021, la primera mujer que pitó un partido en el Mundial de Clubes.