Polo femenino: de profesionalizarse en 2017 a levantar la Copa del Mundo en 2022

Luego de muchos años buscando la igualdad con el polo masculino, la rama femenina está ganando más espacios y oportunidades. Paulina Vasquetto, la polista más joven del plantel campeón del mundo, analiza el progreso de la mujer en el deporte de nuestro país y deja algunos conocimientos de la práctica.

Por Alejandro Rodríguez y Fabrizio Valerio

Por más de 100 años, en Argentina solo existió la rama masculina del polo, con un máximo referente contemporáneo como Adolfo Cambiasso. La situación cambió en 2017: después de tantos años de batalla, las mujeres lograron profesionalizar el juego. La principal competición, actualmente, es el Abierto Argentino de Polo Femenino, que se desarrolla de manera anual desde aquel año y que está organizada por la Asociación Argentina de Polo (AAP).

Desde ese momento bisagra, el polo femenino creció a pasos agigantados; tanto es así, que este año lograron salir campeonas del Mundial de la disciplina, que se disputó en Campo Argentino de Polo.

Paulina Vasquetto, integrante de la Selección Argentina, explicó cuál es la situación actual del deporte en el país. «Este país es el mejor, a nivel mundial, en cuanto a polo masculino. Al ser una nación joven con respecto a otros países también se vio reflejado en el polo femenino. La lucha que han hecho las mujeres desde abajo es impresionante».

Radiografía de una disciplina con gran futuro

La campeona del mundo explica que hay diferentes reglas entre el polo masculino y femenino. El hándicap por ejemplo, es la cantidad de goles que vale un integrante para su equipo. Este se suma entre los cuatros jugadores que están en la cancha. Como cada jugador puede tener un nivel de cero hasta diez, la mayor puntuación que puede tener un equipo entonces es de 40. Esto se hace para que se enfrenten equipos con tantos similares. “En el polo femenino, el hándicap es bajo, por el nivel de los jugadores», explica Vasquetto.

Paulina en acción. Créditos: Instagram @pau_vasquetto

El hándicap requerido para participar en el Abierto Argentino de Polo Femenino debe ser de entre 4 y 10 para las jugadoras. El del equipo debe ser entre 16 y 40 goles de valorización. El hándicap de cada jugadora se determina a través de los encuentros disputados. En ellos se tiene en cuenta los goles, las defensas, el rendimiento colectivo, el rendimiento individual y los triunfos. Con estos datos se obtiene el total del equipo (conformado por cuatro jugadoras en cancha y otras 2 suplentes).

Además, se necesita como mínimo un caballo por tiempo, o chukker. En total, se juegan cuatro chukkers de siete minutos cada uno. Es decir, que por cada jugadora se precisan seis caballos. “Es lo mínimo para llevar, es muy justo igualmente», destacó Vasquetto. En los deportistas de élite llegan a tener hasta 24 caballos preparados para jugar. Es por esto que el juego se hace inviable, muchas veces, desde la logística, debido al altísimo costo entre viajes, establos y cuidado de los animales.

Además, la jugadora explicó que ,cuando se inician en el polo, “las chicas se sienten solas y se desaniman, siempre tienen que jugar con varones al principio”. “Jugás un torneo y seguramente sos la única mujer que compite, es difícil socializar y relacionarse al principio. En los torneos de mujeres se nota la diferencia en estos aspectos», destacó.

Vasquetto remarcó que este deporte tiene mucho futuro y reconoció que, al ser un espacio en dónde no hay tantas jugadoras profesionales, resulta más sencillo llegar a ese lugar, pero “hay que mantener la perseverancia”.

Por último, les dejó un mensaje para las futuras polistas: «Hay que sacrificar muchas horas para llegar al éxito. Cómo mujer, creo que tenemos mucho futuro en eso”.

Paulina con uno de sus caballos. Créditos: Instagram @pau_vasquetto

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