Autoridades y expertas analizan la decisión, por parte de la AFA y de la marca Adidas, de utilizar este color para promover la equidad de género. ¿Pinkwashing o una iniciativa alentadora?
Por Juan Fittipaldi y Axel Cooper
La camiseta que la Selección Argentina de Fútbol viste actualmente en tierras qataríes estuvo, desde sus inicios, envuelta en una gran polémica, generada por el color escogido para los seleccionados nacionales de fútbol masculino y femenino. “Se trata de un diseño innovador en el que se aprecian diferentes tonos violetas inspirados en la igualdad de género, una iniciativa que promueve los valores de diversidad e inclusión”, publicó la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) en su página web.
Paula Ojeda, gerenta del Departamento de Equidad y Género de AFA, explicó la importancia del color violeta en una camiseta del seleccionado argentino: “Es alentador que una marca tan importante como Adidas, la cual viste a los seleccionados del fútbol masculino y femenino, pueda sacar una camiseta con un color tan importante para la lucha contra la violencia de género, por la igualdad y por el feminismo. En lo personal, como feminista, lo siento sumamente importante. Es una manera de visibilizar y más de cara a este Mundial de Qatar”.
Cabe resaltar que, recién en 2019, la AFA profesionalizó el fútbol femenino, lo que significó un enorme reconocimiento a todo el esfuerzo realizado por las mujeres a lo largo de sus trayectorias en el deporte. Sin embargo, las condiciones siguen sin ser las mismas: las jugadoras de Primera División A ganan lo mismo que un jugador de la Primera División C.
Ante esta situación, Ojeda plantea que la casa madre del fútbol argentino mantiene la postura de darle más lugar a la mujer dentro de la disciplina. “Muchas veces queremos más, pero está claro que hay un gran avance en el fútbol femenino. La profesionalización llegó hace dos años, lo que obligó a que los clubes tengan fútbol femenino profesional, sumado a las divisiones inferiores y las ligas del interior. Esas cosas son un indicativo de que hay una postura real de darle mayor lugar a la mujer”, destaca, en diálogo con Ídem.
Además, reconoce que “faltan muchas cosas para que el fútbol femenino se equipare con el masculino, como mayor televisación con otros horarios y que los clubes contraten más jugadoras”. Aunque se mantiene optimista sobre esa desigualdad: “Todo lleva su proceso, pero, con el paso del tiempo, vamos a lograr la igualdad. El presidente de la AFA, Claudio Tapia, se interesa mucho por la inclusión de la mujer dentro del fútbol”.
Por su parte, Lucía Cirmi, subsecretaria de Políticas de Igualdad del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, manifiesta que este tipo de campañas deben ser acompañadas de acciones que sigan la misma línea. “La camiseta suma para darle visibilidad al tema, pero debe venir acompañada de políticas estructurales. Como, por ejemplo, que no haya desigualdad estructural de los ingresos, no avalar situaciones de violencia, que se construyan masculinidades comprometidas con los cuidados de su familia y plantear un fútbol libre de violencia. Nosotras, como Ministerio, buscamos que sea un cambio estructural y no una mención superficial”, enfatiza.

Cirmi reflexiona acerca del motivo que lleva a estas marcas a realizar este tipo de campañas. “Muchas veces, ese avance se da por convicción, por compromiso o por presión social y, en otros casos, uno no logra saber por qué motivo una empresa se compromete realmente. Desde nuestros lugares, debemos tomar a las campañas y ser más críticos, debemos buscar que funcionen como puntos de largada y no de llegada”, resalta. En contraste a Lucía, Paula Ojeda toma estas campañas como una fuente de difusión: “En lo personal, como feminista, lo siento sumamente importante. Es una manera de visibilizar”.
Cirmi se encarga de visitar habitualmente a los clubes que militan en la Primera División y denota que no hay un fuerte compromiso en búsqueda de la equidad. “Hay algunos clubes que ya tienen una comisión directiva y una mesa chica paritaria, pero la realidad es que continúa estando muy masculinizado- explica la funcionaria-. Especialmente en la toma de decisiones, en las que hay áreas destinadas a la igualdad de género. A estas no se les da el presupuesto suficiente. Por eso, cuando hay una situación de violencia en el club, aquellas áreas deben abordarla, pero no tienen con qué hacerlo porque carecen de los recursos”.
En coincidencia con Lucía Cirmi, la gerenta del Departamento de Equidad y Género coincide en que esa masculinización está presente en los clubes: “Hay clubes que sí tienen compromiso con impulsar el fútbol femenino y hay otros que no, pero de a poco se irá transformando y todos tendrán a esta disciplina en un lugar importante”.
Finalmente, la pionera de los Departamentos de Género en el fútbol argentino remarca que es indispensable la promoción del fútbol infantil de niñas para que “empiecen a jugar desde chicas y haya atletas más preparadas”. Lo que significaría, para Ojeda, un “cambio profundo” en la historia del fútbol femenino argentino.