La jugadora de Las Yaguaretés, la Selección femenina de Rugby argentina, analiza lo que significa la reciente obtención del Sudamericano, los cambios que se dieron en el último tiempo dentro del deporte y qué aspectos mejorar para el futuro.
Por Alan Valor
El martes 3 de octubre sucedió un hecho histórico para el rugby femenino argentino: la Selección, también conocida como Las Yaguaretés, venció a Brasil por 20-12 en el partido decisivo del torneo y obtuvo el campeonato Sudamericano de Rugby Seven por primera vez en la historia. Las jugadoras, además, lograron el título de manera invicta y cortaron la racha de su rival en esta competición, que no perdía desde su creación en el 2004 y que, a su vez, levantó todos los trofeos a excepción del 2015, año en el cuál no se presentó a jugarlo.
Brisa Trigo, jugadora de Club Universitario de Córdoba y presente en el combinado albiceleste desde hace varios años, analizó lo que se vivió en la previa del Sudamericano. “Nosotras sabíamos que el último partido iba a ser con Brasil, por la disposición del fixture, no queríamos adelantarnos a eso y tratamos de construir el torneo partido a partido”, contó en diálogo con Ídem.
El equipo, así, sumó otro logro, en un año que quedará en la historia tras obtener la medalla de plata en el pre-olímpico de Montevideo y asegurar la participación en el repechaje para los Juegos Olímpicos de París 2024 y en el World Rugby Sevens Challenge Series, una competición clasificatoria para el circuito mundial.
Un camino en crecimiento, con mucho por andar
El rugby femenino viene en constante crecimiento en los últimos años: a los logros en el ámbito internacional se le suma el aumento de competencias, de jugadoras, mayor difusión de los clubes, la sumatoria de los inter-academia (que reúne a las mejores jugadoras) y la decisión de establecer como requisito para el plantel femenino superior el tener juveniles para poder participar de un nacional de clubes.
“Es hermoso tener niñas en rugby infantil, porque te da la posibilidad de que más mujeres se sumen a tan corta edad. Ojalá que se sigan sumando más chicas en los clubes y las provincias, así crece la base de jugadoras”, comentó Trigo.

Esto no es un dato menor, ya que la falta de jugadoras en todas las categorías y la capacidad de los clubes para competir son los principales problemas a erradicar para lograr el ansiado objetivo de llegar a un torneo de XV, una meta de todas las uniones de Rugby para los próximos años. De esta forma, aseguraron, se lograría reconocer a las jugadoras y dar mayor visibilidad al deporte en su rama femenina.
“Yo creo que estamos lejos porque, para pensar en una selección de XV como lo está haciendo Brasil o Colombia, primero se tiene que desarrollar todo lo que es competencia entre clubes y, lamentablemente, estos no reúnen un plantel con jugadoras titulares y suplentes para poder solventar lo que es esa compatencia”, aseguró la oriunda de La Rioja. Pero, a su vez añadió: “Estamos progresando, no solo jugamos Seven, sino que se está jugando modalidad Teen o modalidad 12, a partir de esa progresión sí se puede pensar de acá a unos cinco años en el XV”.
Natalia Díaz, preparadora física del staff y ex jugadora de rugby, respaldó la opinión de Trigo: ”La realidad es que hay muchas uniones que, para enseñar, siguen jugando Seven. Hasta que no haya una federalización del XII, aunque sea, esto no cambiará, el proceso es lento. Y, como todo proceso, lleva su tiempo de maduración. Creo que lo principal es tener infantiles y juveniles para nutrir de cantidad y llevar adelante el XV”.
El Sudamericano conseguido por las Yaguaretés, consideraron las protagonistas, puede ser un paso adelante en la mejora la difusión del deporte, romper con la idea de un juego solo para hombres y lograr captar a las más chicas en un trabajo conjunto de las federaciones y las asociaciones. A su vez, algo que parece lejano pero necesario es exigir a los clubes tener su equipo femenino para que el plantel masculino pueda participar de los torneos, como se ha implementado en otros deportes.
“A nivel Selección, hoy, el femenino tiene su propio nombre, su propia indumentaria y mayor inversión. Además de una mayor integración del comité olímpico y ENARD para que siga creciendo”, aseveró Díaz. “Siempre los buenos resultados, atraen mas gente al deporte. Pasó en el 2007 y ojalá esto sea la punta de lanza para no solo tener cantidad sino también calidad de jugadoras”. Quién sabe, tal vez las nuevas generaciones traigan, también, nuevas glorias.