Los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 culminaron con una gran participación femenina argentina en deportes destacados como vela o canotaje. Este es el “lado B” de las mejores deportistas de nuestro país.
El cruce de Los Andes de la delegación argentina para su competencia en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 no fue en vano: sumó 75 medallas, lo que le supuso el séptimo lugar en el medallero con 17 preseas doradas, 25 plateadas y 33 de bronce. La participación femenina cumplió con creces en su rendimiento y aportó 33 medallas en total, en 18 deportes diferentes. Así como Las Leonas se llevaron todas las luces con su octava medalla de oro panamericana y clasificando a los Juegos Olímpicos de París 2024, Fernanda Russo volvió a demostrar toda su habilidad para colgarse la plateada en tiro, Lourdes Carlé y Julia Riera con sus derechazos sobre la red se subieron dos veces al podio en tenis, en individuales, plata y bronce respectivamente, y juntas por el bronce en dobles. Sin embargo, hay muchas que quizás quedan por fuera de los focos por la poca visibilidad de sus disciplinas, y en Ídem contamos sus historias.
VELA
Uno de los deportes por excelencia en los que Argentina suele sumar para su medallero es en vela. Y esta edición no fue la excepción. Fueron cinco las medallas en esta disciplina con participación femenina directa. Eugenia Bosco, junto a Mateo Majdalani, y Malena Sciarra, junto a Julio Alsogaray, se colgaron la medalla dorada en distintas modalidades. Las hermanas Martina y Trinidad Silva, junto a Javier Conte, y Lucía Cardozo en individual, se subieron al tercer escalafón en sus respectivas pruebas. La quinta llegó en manos de Catalina Turienzo. Para quienes no la conocían, la bahiense sorprendió con un segundo lugar, garantizándose su lugar en París 2024.
Catalina ya venía de una medalla de plata en el Campeonato Panamericano de Maranhão en Brasil y de un cuarto lugar en el Mundial Juvenil de La Haya en los Países Bajos. La estudiante de medicina, de sólo 17 años, finalizó su participación con 15 puntos, a diez de la estadounidense Daniela Moroz. Durante la competencia, ganó dos de las 16 regatas clasificatorias y quedó segunda en otras 11, lo que hizo que cierre un excelente debut en los Panamericanos. “Hay mucho trabajo detrás. Con mi entrenador decimos que las medallas se ganan entrenando y estamos felices de que este campeonato refleje todo lo que trabajamos. La idea es seguir por este camino, tratar de representar lo mejor posible a Argentina y dejar la bandera lo más alto posible en París», reflexionó luego de la entrega de los premios, en charla con TyC Sports.
Si bien hoy se ve el fruto de su cosecha, en un principio nada fue fácil. Junto con su entrenador, Federico Aguilar, tuvieron que auto solventarse los viajes y gastos en el comienzo del proceso camino a Santiago 2023. Al menos fue así hasta mediados de 2021, cuando, luego de su resultado en el Mundial Juvenil, tuvieron la suerte de llamar la atención de la Federación Argentina de Yachting primero y del ENARD después, que, junto a la Secretaría de Deportes de la Nación, sumaron su apoyo para la preparación hacia los Panamericanos. “Sin la ayuda de ellos nada de esto hubiese sido posible”, no se cansa de remarcar Turienzo.

PELOTA VASCA
Otra de las disciplinas en las que Argentina contó con varias consagraciones es la pelota vasca. Uno de los deportes que más afuera de los reflectores está, pero que en el último tiempo viene con un desarrollo exponencial. Los eventos masivos como estos Juegos Panamericanos son aprovechados al máximo por las asociaciones pertenecientes al deporte para expandir sus fronteras a través de los medios, más allá de su complicación para la televisación por el color blanco de las canchas y por la dificultad para la ubicación del público alrededor suyo. Aun así, en nuestro país hay 19 provincias afiliadas y se encuentran cerca de mil frontones y 600 canchas de trinquete.
Desde la Confederación Argentina de Pelota el objetivo es claro: “Queremos que nuestro deporte se profesionalice y gane en masividad. Hasta ahora sólo tenemos a unos 15 jugadores que son profesionales”, apunta Pablo Lambardi, presidente de la CAP, quien también aborda el tema de la inclusión de la mujer en el deporte y busca su potenciación para la organización del Mundial del 2026.
Dentro del mismo deporte hay distintas modalidades según la paleta. Así como Sabrina Andrade se llevó la plata en paleta de goma y Micaela Cortez el bronce en frontball, María Lis García y Cynthia Pinto bien saben del trinquete, con el que se subieron a lo más alto de Santiago en dobles. La platense y la tucumana le ganaron 2-0 (15-10 y 15-10) a las mexicanas Dulce Figueroa y Laura Puente, y consiguieron la que fue la primera medalla de oro en la modalidad para Argentina en esta edición. La dupla argentina ya había conseguido el primer lugar en Lima 2019, clara demostración de la sintonía que tienen: “Ella es una loca talentosa y es puro desparpajo, también fuera de la cancha. Yo no soy ni talentosa ni habilidosa, pero sí una deportista muy constante que perseveré con los años y ahí está la diferencia”, sostiene García en conversación con La Nación.

Ambas pasaron por el difícil camino de ser madres deportistas y, de hecho, María estuvo cerca de retirarse tras la coronación en Perú con su objetivo personal de formar una familia. Después de quedar embarazada y en vísperas del Mundial de Biarritz 2022, le surgieron nuevamente las ganas de competir: “Ya había pasado lo más difícil, así que continué. Está buenísimo para demostrar a las mujeres que se puede, pero que cada una elija. Tampoco es que todas las madres deportistas tienen que volver a su deporte a los dos meses de parir”. Por su parte, Cynthia remarcó que el esfuerzo realizado es gracias a la motivación de su familia y que lo recibido “no sirve para nada”, aclarando que “es puro amor y pasión”.
CANOTAJE
El canotaje ya es parte de la historia argentina, por lo menos en los Panamericanos. Brenda Rojas y Sabrina Ameghino fueron las grandes protagonistas en la disciplina. La primera sumó dos medallas de plata, ambas en 500 metros, aunque una individual y otra en dupla con Magdalena Garro, con quien ya había conseguido el mismo resultado en Lima 2019 y el bronce en Toronto 2015. La segunda, por su parte, consiguió el tercer lugar también en 500 metros, pero en equipo, junto a Candelaria Sequeira, Lucía Dalto y Martina Isequilla.
Brenda, oriunda de San Pedro, recuerda cómo fue que se interiorizó en el deporte en su ciudad y las complicaciones por las que pasó su madre tras el fallecimiento de su padre: “A los 12 le compre una rifa a la escuelita de canotaje de Canaletas. Al otro día de la rifa fui junto con un vecino que ya se entrenaba ahí. Una vez que me subí, me quedé para siempre. Nunca pensé que me iba a gustar tanto –rememora –. Mamá fue papá y fue todo. Trabajaba 16 horas en el municipio y en el hospital de cocinera o mucama haciendo horas extras, para que nunca nos faltara nada”.
Por otro lado, Sabrina tuvo su recompensa después de tantos años de esfuerzo al ser abanderada de la delegación argentina en la previa e irse de Chile con el título de la máxima medallista panamericana en la historia del país, después de sumar su décima presea y superar al ciclista Walter Pérez y a los remeros Rodrigo Murillo y Ariel Suárez. «Ser abanderada de la delegación argentina fue algo inexplicable, un regalo hermoso que me dio la vida. Y ahora que gané la décima no me dan las horas del día para contestarle a los periodistas y los tantos mensajes de apoyo de amigos y hasta de gente que no conozco”, cuenta para el canal del Comité Olímpico.
La platense hace sólo cuatro años se había convertido en la primera argentina en ganar una medalla de oro en canotaje a nivel panamericano. La historia de la palista tiene tela para cortar. Con sólo 22 años ya tenía en su cuello cinco medallas sudamericanas, pero dos años más tarde y después de ser madre, tuvo que alejarse del deporte. Seis años pasaron para que le vuelva a picar el bicho de la competencia y se puso a remar nuevamente para transformarse en olímpica en Río 2016.
Hoy Sabrina demuestra y expone su felicidad, pero con la idea de que a sus 43 años al camino le queda cada vez menos recorrido: “No hay deportista que se conforme con lo que logra, siempre queremos más. Pero también hay que darse cuenta cuando una ya no tiene el nivel de antes. Hoy estoy muy feliz, puedo mirar atrás y decir ‘valió la pena’ –y aclara– Sé que estos son mis últimos Juegos. El dolor que hay que pasar para llegar a todo esto no tengo ganas de hacerlo otra vez, pero no voy a soltar el equipo de una. Solo quiero sumar desde donde yo pueda».
RAQUETBALL
María José Vargas y Natalia Méndez fueron apuntadas por los reflectores sobre el final de los juegos. Además de la periodicidad con la que se las podía ver jugar en la pantalla grande, el resultado fue gratificante para ellas, aunque con sabor agridulce. Juntas sumaron dos medallas de plata en dobles femenino y dobles por equipos. Además, ‘Majo’ pudo sumar dos más, otra de plata en dobles mixto junto a Diego García y una de bronce en individuales.
Con la frustración a flor de piel, se muestran entre contentas por lo conseguido pero afligidas por lo que quedó por conseguir. “No tengo consuelo, se me niega esa medalla dorada que la vengo buscando hace mucho tiempo. Soy alérgica al oro. Estoy un poco frustrada con las plateadas. Merecía la dorada. Pienso que juego igual que todas, depende el día. Tengo el talento, no sé por qué no se me da en la última. Ojalá pueda seguir jugando”, declaró, al término de la final, Vargas.
Las actuales campeonas Sudamericanas y Panamericanas son nacidas en Santa Cruz, Bolivia, pero se muestran felices de tener la oportunidad de representar a la Albiceleste: “La Selección me adoptó hace 7 años y estoy feliz de lograr las medallas para un país que quiero mucho”, contó Natalia. Del otro lado, María José recuerda también el cariño hacia Argentina desde pequeña: “Yo de chiquita era hincha de Las Leonas. Cuando tenía que jugar para Bolivia, quería salir a la cancha con la camiseta de ellas, pero no me dejaban porque no era el uniforme oficial”.
Una de las más grandes causas por las que ambas decidieron cruzar la frontera y ponerse la celeste y blanca fue el poco apoyo por parte del Estado a los deportistas. Desde la rifa de vacas hasta esperar encerrada al presidente Evo Morales para que la atienda y le termine dando una beca, son algunas de las locuras por las que tuvo que pasar Majo Vargas: “Hubo un torneo en Corea en el que no tenía el dinero para viajar, entonces un amigo de mi papá me regaló tres vacas para que las rematara y pudiera financiar el viaje”.
WAKEBOARD
Quizás de los más “excéntricos” o menos populares entre el público general. El wakeboard sumó la primera medalla de oro de estos últimos Juegos Panamericanos de la mano de Eugenia de Armas. La bonaerense es, hoy en día, la mejor del mundo en su especialidad y así lo volvió a demostrar en Chile, confirmando el primer lugar que ya había conseguido en Lima 2019 y en el Campeonato del Mundo en Italia de ese mismo año. “Todos los días me dedico al 100% para lograr mis objetivos. Siento una presión en mi cabeza que me sirve como motivación para estar a la altura de las mejores competidoras del circuito”, remarcó tras la coronación.
La esquiadora de 24 años recordó, en charla con Infobae, sus comienzos y cómo se adentró en el mundo del deporte acuático: “Antes de hacer wakeboard esquiaba desde que tenía 2 años. Mis viejos siempre nos apoyaron en todo lo que quisiéramos hacer, pero cuando ya era más grande me hicieron decidir entre la nieve o el agua… Y preferí el calor por sobre el frío –y agregó– A la semana de haber practicado por primera vez nos invitaron a unos Juegos Nacionales y así fue como empezó toda esta aventura”.
Eugenia a su corta edad, pero ya larga carrera deportiva, fue historia hace cuatro años en Perú tras convertirse en la primera y única mujer en realizar un doble giro invertido: “Empezamos a probarla en 2018 con mi entrenador después de una prenda que tuve que cumplir cuando perdí en un juego. No fue planeado para nada. Ni siquiera lo pensé para una competencia; pero en el segundo intento me salió. Ahí me di cuenta de que tenía la capacidad para hacerlo”. La maniobra fue de ayuda para la obtención de aquel primer lugar que la puso en lo más alto de América y que la catalogó como una de las mejores en su disciplina.

El wakeboard aun no consiguió el título de deporte olímpico, aunque a Eugenia no le saca el sueño: «El sueño de todo deportista es ser campeón olímpico. Entiendo las razones del por qué no lo es, entonces no me quejo mucho, no insisto. Puede ser que esté esa sensación de tener tantos títulos y sentir como deportista que falta uno más. Aunque yo no siento que me falta», meditó contenta por lo conseguido hasta ahora.
Además de poder inflar el pecho con las preseas colgadas del cuello, también puedo hacerlo frente a las cámaras. Desde Netflix y su director, Mauro Scandolari, la contactaron para el papel de doble de riesgo en la tira argentina Cielo Grande: «La pasamos muy bien. Que el deporte se difunda en una plataforma tan grande como Netflix está buenísimo. Hubiese hecho cualquier cosa que me hubieran pedido, por amor al deporte. Aunque no me pidieron nada raro, no hubo mucho riesgo”.
Todas las medallas femeninas argentinas en Santiago 2023
Isabel Di Tella (oro en esgrima), Florencia Borelli (plata en maratón), Selección femenina de handball (plata), Brisa Gómez (plata en judo), Yamila Benítez (bronce en karate), Macarena Ceballos (bronce en natación), Sonia Baluzzo y Evelyn Silvestro (bronce en remo), Giulia Sendra (bronce en taekwondo), Martina Capurro (bronce en tenis dobles mixto), Martina Della Chiesa (bronce en patín artístico) y la Selección femenina de basket (bronce).