Cambio, jueza: entra inclusión, sale discriminación

Tanto en masculino como femenino, en cancha de once o en futsal, las mujeres empiezan a ponerse el traje de autoridad dentro de las canchas. Giselle Martínez, Romina Gé y Fernanda Ortiz comparten sobre las dificultades y cómo disfrutan la actividad de impartir justicia deportiva.

Por Agustín Mayor

Con el paso del tiempo, se normalizó ver a árbitras en el fútbol argentino. La mirada de reojo sobre las juezas se diluye. Sin embargo, aún queda algo de esa resolana de discriminación que marca la cancha entre la desigualdad y la paridad entre sexos. Giselle Martínez y Romina Gé, árbitras de la Liga Marplatense, y Fernanda Ortiz, árbitra federada de futsal, mantuvieron diálogo con Ídem y hablaron sobre el balance entre el disfrute y las dificultades por las que pasaron para llegar a dedicarse a lo que más les gusta.

Aunque, al día de hoy, la aparición de mujeres en el deporte rey en Argentina es algo ya común, hace no mucho tiempo parecía algo impensado imaginarlas dentro del campo de juego. Las protagonistas recuerdan: “Mi relación con el fútbol fue siempre bastante pasiva, más que nada mirarlo. Jugarlo no tanto porque en ese momento si jugabas eras marimacho, lesbiana, o te discriminaban”, describe Romina sobre cómo se asoció al fútbol. Mientras que, por otro lado, Giselle cuenta haber mantenido algo más de relación desde chica, pero lamentando no haber tenido contacto con la pelota: “Soy la mayor de tres hermanas y mi papá me crió como si fuese un varón. Él tenía un equipo barrial, pero, en su afán de cuidarme, no quería que jugara con los chicos para que no me golpearan, así que yo colaboraba desde la parte física”.

Según las entrevistadas, uno de los grandes propulsores para la aceptación fueron los movimientos feministas. “Justo cuando arranqué el curso ya había explotado la ola feminista, así que había mucha inclusión. Era un poco ‘bienvenida, necesitamos mujeres’ –aclara Romina, y suma– En la práctica sí, te encontrás todavía con microsecuencias que te dicen ‘esto no va a ser tan fácil’. Cuando le cuento a cualquier persona que soy árbitra de fútbol, me preguntan si dirijo mujeres. Y yo dirijo ambos, no es excluyente que por ser mujer sólo pueda dirigir fútbol femenino”.

Fernanda también aporta su experiencia: “Todos me hablan y me preguntan ‘¿qué hace una árbitra acá?’, ‘¿por qué no está en la casa?’. A lo que yo digo que las mujeres tenemos el mismo derecho que los hombres”. Sin embargo, dice sentirse “acompañada” por sus compañeros y por las organizaciones que “siempre estuvieron al pie del cañón desde el primer día” y que son quienes la incentivan. A pesar de todo el acompañamiento e incentivación por parte de terceros, el paradigma del machismo, asegura, se puede seguir viendo como un obstáculo para su desarrollo.

Romina Gé, árbitra de la Liga Marplatense.

“De chica, algún director técnico me dijo ‘vos sos mentirosa como todas las mujeres’. Te das cuenta que les cuesta asimilar que podemos hacer igual o mejor el trabajo de un varón, pero es algo que está dentro de la sociedad y contra lo que luchamos. El SADRA Atlántica lucha por nosotras también para no sufrir eso”, agrega Giselle.

Si bien por fuera de los 90 minutos todos las aplauden y avalan su participación, la diferencia en el trato, aseveran, es una realidad en relación con sus colegas varones. “Sí que hay discriminación durante los partidos. Los comentarios que te hacen cuando sos mujer siempre tienen ese tinte discriminatorio de género. A mis compañeros les pueden decir ‘sos un desastre’, ‘estás comprado’, ‘no sabés dirigir’, y los insultos a nosotras son más por el lado de ‘¿qué haces acá?’, ‘andá a lavar los platos’, ‘no entendés nada de fútbol’ –agrega Romina– Cuando empecé a dirigir infantiles me di cuenta que los nenes vienen con ese chip de no verte como una figura autoritaria, como sí pasa con los hombres. Siempre tenés que dar una explicación de más porque te miran como ‘sos mujer’, como si no supieses nada”.

Un crecimiento que no para

El año pasado se logró algo histórico: la francesa Stephanie Frappart, la mexicana Karen Díaz Medina y la brasileña Neuza Back se convirtieron en la primera terna femenina en impartir justicia en un partido en una Copa del Mundo masculina en el duelo entre Costa Rica y Alemania por la tercera fecha del Grupo E en Qatar, que terminaría con victoria teutona. En el plano local, y apenas unos meses después, las árbitras argentinas Laura Fortunato (principal), Mariana De Almeida y Daiana Milone (asistentes) y Salomé Di Iorio (VAR), fueron citadas por la FIFA para ser parte del equipo arbitral del Mundial femenino que se disputó en Australia y Nueva Zelanda, en los pasados meses de julio y agosto.

Hace poco más de un año Sergio García, encargado del Departamento de Árbitros de AFA, declaró que, de alrededor de 600 árbitros contratados, sólo el 5 por ciento eran mujeres. Si bien hoy no hay datos oficiales actuales, se estima que el número esté cerca de duplicarse. Fernanda Ortiz, quien se encarga de dirigir futsal y baby fútbol por fuera de AFA, también se muestra contenta en cuanto a la admisión desde su llegada a Buenos Aires.

Giselle Martínez, árbitra de la Liga Marplatense.

“Yo vengo desde Entre Ríos y en todos los partidos que me ha tocado dirigir acá es porque los mismos equipos me eligen a mí. Ellos dicen que hoy en día las mujeres tienen más carácter que un hombre, entonces los jugadores te respetan más. Me gusta porque cada vez que salgo de los partidos los mismos jugadores me incentivan y me dicen que no deje porque soy muy buena en esto”, comparte.

Desde la Liga Marplatense de Fútbol también se avanzó a grandes pasos con la inclusión, y el Sindicato de Árbitros de la República Argentina (SADRA) fue uno de los grandes impulsadores para este escenario, aportando cursos y capacitaciones. “Trabajamos mucho con las chicas que estamos en actividad en el sindicato, muchos encuentros semanales, estamos prontas a tener nuestra propia Secretaría de Género y Disidencias que sería algo histórico porque estamos dentro de un sindicato de puros varones”, cuenta Giselle.

Por su lado, Romina también complementa con su experiencia desde dentro: “El SADRA trabaja bastante con el tema de la inclusión. Hasta ahora no sufrí discriminación ni por parte de la organización ni por parte de la liga. Este año dirigí dos partidos de quinta masculina antes que otros compañeros varones porque se valora el trabajo que hacemos independientemente del género”.

Ambas marplatenses, Giselle ya con nueve partidos dirigidos en primera como principal y Romina con el objetivo personal de llegar a dirigir una final de liga, reflexionan sobre el cambio necesario para romper la grieta de una vez por todas. “El cambio tiene que venir desde la sociedad, cuando salió que iba a haber árbitras en el Mundial del año pasado, leías los comentarios y era ‘que vayan a dirigir femenino’, ‘no van a poder’, ‘se van a equivocar’, se atacaba por demás, los árbitros también se equivocan”, cerró Romina.

Giselle, por su parte, dejó un mensaje para aquellas que aún no se animan o no se deciden a empezar en la profesión: “Hay que promover que las chicas hagan lo que quieran hacer y que nadie les puede decir que por ser mujeres no van a poder, o que en la cancha somos menos que los varones. Es un trabajo interno arduo pero también está bueno trabajar así dentro de un espacio predominado por el sexo masculino”.

Una respuesta a “Cambio, jueza: entra inclusión, sale discriminación”

  1. Soy de bs as….terrible que no hayan logrado dirigir 1era. Ni siquidra futsal de menores…pero veo futbol en balcarce y mdq y todavia no pude ver mujeres arbitros…asistentes si. El domingo pasado partido dificil muy bien las 2 chicaS. Sin agreesiones del publico. Solo creo que esto es muy nueco y son muy jovenes. Gracias x este posteo

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