Armando Pérez, ex entrenador de Estefanía Banini, detalló cómo fue el paso de la actual 10 de la Selección en el club Cementista de su natal Mendoza y cómo apostaron al fútbol femenino a partir del caso de la actual jugadora del Atlético Madrid.
Por Tobías Yance y Federico Santillán
Estefanía Banini desde pequeña soñaba con jugar al fútbol. En 1997, con 7 años, sus padres le encontraron una institución para que pudiera desarrollarse en el deporte: el Club Cementista, en la provincia de Mendoza, la aceptó en sus filas, pese a no contar con un equipo femenino. Para poder competir en los torneos municipales, el conjunto debía firmar un acuerdo con los padres de sus compañeros, quienes se mostraban a favor de que hubiera una chica jugando. “Cuando ella llegó, hace más de 20 años atrás, no teníamos nenas, probablemente por esas cuestiones culturales”, comenta Eduardo Pérez, su ex entrenador, en diálogo con Ídem.
En el club de la ciudad mendocina de Las Heras, Estefanía siguió entrenando con el equipo masculino hasta la categoría juvenil. “A determinadas edades no se nota la diferencia física, se podría jugar fútbol mixto tranquilamente. Cuando ella creció, la diferencia física entre sexos se hizo muy notoria, pero seguía jugando porque su talento e inteligencia pesaron más que lo físico”, relata su ex técnico.
Pero no todo fue positivo. Pérez confesó que Estefanía sufrió en varias ocasiones discriminación por ser una mujer. “Había rechazo de padres de otros clubes. En un momento clave de competencia tenían algún comentario, decían que ella jugaba porque los varones no la marcaban por lástima. Le han llegado a decir a sus hijos que le peguen porque una mujer no podía hacer eso”, repudia.
En cuanto a la atención que la institución brinda actualmente a sus equipos, destaca que ponen “el mismo énfasis para las mujeres que para los varones” y que apoyan la búsqueda por la igualdad de condiciones, aunque reconoce que “aún hay mucho por trabajar”. También agrega la importancia de lo que significó la carrera de Banini y su mensaje: “Ella siempre luchó en todos lados para que la Selección Argentina femenina obtenga la misma atención que la masculina”.
Después de su salida, cada vez más chicas empezaron a sumarse al equipo. Con el crecimiento del interés, decidieron formar un equipo femenino de futsal. “Recibimos nenas de todas las edades, tenemos desde 7 años hasta chicas en Primera y con nivel internacional. En ese sentido fuimos pioneros”, aseguró Pérez, al mismo tiempo que celebró: “Todo esto lo inició Estefanía. Hoy se rompieron esas barreras culturales que había”.
Aún después de todos estos años, Banini sigue visitando el club cada vez que se le presenta la oportunidad. Se contacta con sus amigos de la infancia, arma partidos e incluso pide permiso para entrenar con alguna categoría que se encuentre practicando en el momento, para no perder el rendimiento. “No deja de entrenar y de hacer su rutina, realmente está a otro nivel”, la elogia Pérez.
Un semillero
Otro de los grandes descubrimientos del club fue Anita Ontiveros, actual jugadora de la Selección de Futsal, quien se destacaría por sus pasos por Cerro Porteño de Paraguay y Cianorte de Brasil, y quien, actualmente, milita en Las Palmas de España.
“Que las chicas pasen al plano europeo es un orgullo para un club de barrio como el nuestro”, destacó Pérez, quien, cuando dirigía a la Selección, llegó a juntar a Anita y Estefanía en el Mundial de Futsal de 2017 jugado en España, donde salieron subcampeonas. El torneo fue organizado por asociaciones nacionales y la Asociación Mundial de Futsal.
En la actualidad, Cementista se encuentra establecido como el equipo más fuerte en futsal femenino en el país. En julio de 2022, obtuvieron el título nacional al vencer a Cariocas por 3-0 en Paraná y se consagraron con el tricampeonato, ya que también se habían laureado en 2019 y 2021. Sin dudas, un semillero femenino que tiene mucho más para dar.