¿Qué sucede con las personas gestantes al momento de maternar en el deporte?

Un estudio realizado por FUTPRO, la Asociación de Futbolistas Profesionales, reveló que el 46 por ciento de las jugadoras sienten que no pueden ser madres durante su carrera. La psicóloga Micaela Avaca y la preparadora física de Las Yaguaretés, Natalia Díaz, cuentan a qué riesgos se exponen y cómo evitarlos para desarrollar la actividad en el alto rendimiento.

Por Alan Valor

Muchas personas gestantes vieron su carrera deportiva frenada o imposibilitada por la decisión de tener un hijo. Sobran los ejemplos de deportistas de élite que pierden sus patrocinadores e incluso apoyo estatal cuando dan a conocer su embarazo. A su vez, en caso de mantener estos acuerdos económicos, suelen recibir una pequeña parte de los ingresos o ser exigidas a un alto nivel poco tiempo después de dar a luz.

Allyson Félix y su reducción de un 70 por ciento en el contrato de Nike o Skylar Diggins-Smith y la decisión de ocultar su embarazo durante todo una temporada de la WNBA (Liga de básquetbol femenina en Estados Unidos) son algunos de los episodios que se reportaron y fueron replicados en mayor o menor medida a todas las deportistas que atraviesan un embarazo o la crianza de los hijos.

Acerca de las complicaciones que puede traer el embarazo a una deportista, la psicóloga y profesora de educación física, Micaela Avaca, afirmó: “El embarazo puede disminuir su rendimiento en una competición, no va a poder prepararse de la misma manera, puede generar depresión, estrés o ansiedad. Sin embargo, no es una cuenta matemática, que toda persona pase por lo mismo, puede suceder como no”.

Las organizaciones deportivas, los sponsors e incluso los aficionados tienen muchos prejuicios con respecto a una deportista embarazada y toman como norma general que en todos los casos hay riesgos o su nivel no es el mismo que antes. “El embarazo se vive en cada persona de manera muy diferente, no hay dos embarazos iguales. Incluso en una persona que ya tuvo hijos, no afronta los dos embarazos de la misma manera”, aseveró Avaca, en diálogo con Ídem.

“La mujer que es deportista de mucho tiempo, hasta el mes 6 o 7 no necesita demasiados cambios porque está muy adaptada, en toda su estructura. A partir del mes 7, donde el bebé toma más espacio y la panza crece, se empieza a limitar el impacto y los ejercicios más aeróbicos, ya que, por el tamaño, la mamá necesita más oxígeno. Entonces se limitan los trabajos por medio de la frecuencia cardiaca”, aseguró Natalia Díaz, preparadora física de Las Yaguaretés.

Una cuestión de prejuicios y mandatos

La opinión de expertos en materia de salud, de entrenamientos, las mismas deportistas e incluso los estudios realizados alrededor del mundo revelan que el problema de la maternidad radica en los prejuicios atribuidos, históricamente, a las mujeres y no en una evidencia circunstancial que encuentre razones para no poder complementar la actividad deportiva y seguir de los mismos derechos que antes de ser madre.

Ayelén Romano, ex jugadora de fútbol de Morón y SAT (Social Atlético Televisión) criticó: “Uno de los mayores miedos entre las jugadoras es tener una lesión grave, porque una, al ser mamá, se tiene que ocupar de la rutina del día a día y sería una dificultad bastante grande. Me tocó pasarla, la estoy pasando ahora de nuevo y de parte de los clubes no hay amparo médico en ese sentido y no se hacen cargo”.

El testimonio de Romano evidencia otro de los problemas en el deporte: la responsabilidad de las entidades al momento de dar un trato igualitario, que no solo reside en la parte económica, sino también en la falta de un trato justo y garantizar derechos a la hora de afrontar la maternidad o pasar por un embarazo.

Un estudio realizado por la Asociación de Futbolistas Profesionales (FUTPRO) asegura que el 46 por ciento de las jugadoras sienten que no pueden ser madres durante su carrera ya que el convenio de fútbol femenino no las protege. Desde la entidad se pidieron requisitos básicos como sala de lactancia, para que la madre pueda viajar con el bebé a las concentraciones, cuidador o guardería durante las prácticas, entrenamientos especializados durante el embarazo y en el post parto, permiso retribuido para llevar a su hijo o hija a una consulta médica, entre otras cosas.

Cada vez más deportistas se deciden a atravesar un embarazo durante su trayectoria deportiva, al encontrar un panorama más adecuado para complementar ambas decisiones de vida, al ver qué las asociaciones consiguen más derechos o que los clubes le dan más garantías a futuro. El tiempo dirá si, a medida que pasen los años, nuevos estudios reflejen un porcentaje más alto de personas gestantes en la actividad profesional y salgan más noticias acerca de nuevos derechos otorgados para garantizar un avance en la inclusión de la maternidad en el deporte.

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